Entre las muchas técnicas
sanadoras que existen, el Rebirthing
(renacimiento) es quizás una de las más fáciles, rápidas y saludables que se
pueden encontrar, así lo corrobora mi experiencia personal y sinceramente debo
decir que no soy objetivo, ya que para mi hubo un antes y un después tras haber
experimentado con esta técnica.
El Rebirthing es un proceso de transformación personal que nos puede
beneficiar en nuestra vida a cualquier nivel, físico, mental, emocional y
espiritual.
Esta
herramienta se basa en una técnica respiratoria inspirada en antiguos métodos
yóguicos practicados hace más de 3.000
años ; recuperada para Occidente en los años 60 por Leonard Orr al que se le
considera el padre del Rebirthing desde
su establecimiento oficial en 1974 como una ciencia intuitiva que puede ser
practicada por todo aquel que busque sanación y crecimiento espiritual.
Básicamente
consiste en una respiración circular y consciente, la práctica es simple y los
resultados pueden ser muy beneficiosos. Respirar es la primera función que
realizamos al nacer, además de ser la más importante -y si sabemos hacerlo
bien- podemos recuperar mucha información relegada al olvido o al
subconsciente.
Al
respirar captamos oxigeno y energía (prana). Mediante el oxigeno alimentamos
todas y cada una de nuestras células en la inspiración y soltamos durante la
expiración los deshechos (mediante esta función se excretan el 70% de las
toxinas del cuerpo, el otro 30% se
excreta por el sudor, la orina y las heces). Desde otro nivel, con la
respiración nos abastecemos de lo que se conoce en India como prana o en China
como chi , la energía vital que mantiene el cuerpo con vida y saludable.
A
través de la respiración hacemos que fluya por nuestro cuerpo tanto el oxigeno
como la energía vital de manera que poco a poco nos vamos recargando de vida a
la vez que soltando lo que ya no necesitamos.
Al
inhalar conectamos con cualidades vitales como son estados potenciales de
salud, lo inmaterial, la belleza, la abundancia, y al exhalar podemos soltar lo
ya pasado, lo negativo, la enfermedad, el dolor o la escasez. La conexión con la energía vital que nos
facilita la respiración en un entorno seguro nos puede llevar a una profunda
experiencia de unión con el Universo o el Todo.
Respiración
circular y consciente
En Rebirthing
manejamos dos funciones automáticas en el ser humano que no obstante
podemos controlar voluntariamente: la respiración y el pensamiento.
Cuando ponemos la atención
en la respiración podemos tomar conciencia de bloqueos emocionales, mentales y
físicos. Estos bloqueos suelen estar relacionados con lo que en Rebirthing se llama “los diez traumas o
inhibidores de la felicidad humanos” que son : el trauma de nacimiento, la
mentira personal, el síndrome de
desaprobación parental, el trauma de la escuela, el trauma de la religión, el
impulso inconsciente de morir, el karma de vidas pasadas, la represión de lo
femenino y el síndrome del salvador del mundo (esto merece un abordaje especial
que haré en otro momento). Estos traumas se van creando desde el momento de
nuestra concepción hasta los siete o diez años de nuestra infancia y nos
condicionan para el resto de nuestra vida si no estamos alerta y tomamos
conciencia de su existencia para así poderlos integrar y disolver. Se
manifiestan en creencias limitantes y no reales que nos hacen llevar una vida
de miedo y escasez.
Sesiones
Las
sesiones de Rebirthing se pueden
realizar en seco, en agua o en fuego (junto a una gran fogata). Para comenzar
es recomendable hacerlas en seco, tumbado en una colchoneta a ser posible. La
duración de la sesión es de 2 a 3 horas, durando un ciclo de respiración de 60
a 90 minutos y el resto del tiempo se dedica a la preparación al principio y a
integrar lo aflorado, recomendar lecturas y ejercicios, al final de la sesión .
El Rebirthing en agua se realiza en una
bañera con un tubo de snorkel y puede
ser en agua caliente (emulando el vientre materno) o en agua fría (las
diferentes temperaturas potencian y confieren matices distintos a la sesión, al
igual que el uso del fuego).
En
una sesión normal en seco se conecta la inhalación con la exhalación sin pausas
entre ambas. La inhalación es activa y energética y la exhalación es pasiva y
relajada, dejando que los pulmones se desinflen, sin pausa alguna se da
comienzo a la siguiente inhalación. Normalmente se inhala y exhala por la
nariz, hacerlo por la boca es a veces recomendable para deshacer patrones de
ira y enfado.
Para iniciarse en la práctica de Rebirthing es aconsejable realizar un
ciclo de 10 sesiones con un renacedor profesional, para más adelante, si se
desea, realizar otro ciclo equivalente con un renacedor de sexo opuesto, de
manera que así se posibilita la activación de conflictos que el renaciente
tiene con figuras de uno u otro sexo.
Beneficios del Rebirthing
Entre los muchos
beneficios que nos puede proporcionar el Rebirthing
están:
la claridad mental, la eliminación
de patrones negativos limitantes, adquirir una gran paz interior, mejora en las
relaciones, mejor manejo de los desafíos
de la vida profesional y personal, mejora la salud y el estado de ánimo.
Mediante el Rebirthing podemos liberar conflictos,
dolores, miedos, inseguridades, baja autoestima, ansiedades o cualquier
limitación.
El Rebirthing
no es una terapia propiamente dicha, no cura enfermedades, pero con frecuencia
se dan casos en los que se han resuelto de forma espontanea afecciones tales
como jaquecas, dolores de espalda, enfermedades respiratorias e incluso
depresiones profundas.
Mi experiencia
Como
apuntaba al principio, para mi el Rebirthing
significó literalmente un verdadero Renacimiento en el que desperté a una
realidad que siempre había estado delante de mis ojos pero que no veía. Años
atrás un amigo me habló por primera vez de Rebirthing,
pero no le presté más atención que la que le prestaría a algo curioso, a una técnica respiratoria más
que por el momento a mi no me interesaba (ni siquiera se me hubiera ocurrido
que alguna vez la practicaría). Aún no había llegado mi momento. Tiempo después
fue Leonard Orr el que me dijo que igual que un maestro, el Rebirthing aparece en tu vida cuando
estás preparado para la experiencia.
Pasó el tiempo y aquello
se olvidó. Yo seguí con mi vida tal y como la había conocido hasta entonces con
sus momentos buenos y otros no tanto, hasta que después de estar casi dos años sumido en una profunda crisis de la que no veía
salida posible y en la que mi vida no tenía casi sentido, respirar me salvó. Después
de haber buscado y no encontrado solución a mi estado, un buen día me levanté
de la cama y telefoneé a un amigo para preguntarle si conocía a algún renacedor
y me dio el teléfono de una renacedora que justo esa semana llegaba a España
desde Londres para dar varias sesiones. Inmediatamente llamé. Tenía la agenda
completa, pero supongo que percibió mi estado al oírme la voz y me citó a
primera hora de la mañana del día siguiente. Allí fui sin saber de que iba
aquello del Renacimiento y sin expectativas claras. Mel – así se llamaba la
renacedora, de origen brasileño – me entrevistó durante un buen rato y después me
dio unas instrucciones sobre como tenía que respirar. Me tumbé en una
colchoneta y estuve respirando durante una hora y media mas o menos. Cuando
terminé le dije que quería otra sesión y me volvió a hacer un hueco para el día
siguiente, con la condición de que no tomara nada para dormir (en aquella época
me había acostumbrado a los somníferos). Acepté a regañadientes y salí de allí
con una cierta relajación, pero aún me sentía confuso y dentro de un profundo
pozo oscuro. Al día siguiente repetí y durante la sesión hubo momentos en los
que noté como por momentos se me contracturaban las manos, los brazos y las
piernas, entonces Mel me sugería cambiar el ritmo respiratorio y aquellas
contracturas musculares se disolvían. Al terminar noté otra vez una agradable
sensación relajante pero me tuve que
conformar con no volver más porque Mel ya
no tenía más hueco libre en su agenda. Ya había “conocido” lo que era el Rebirthing, pero tampoco me había
solucionado gran cosa. Entonces el Universo me tendió una mano (eso pienso
ahora) y a última hora de la mañana me llamó Mel para ofrecerme un hueco que se
le había quedado libre por una reserva anulada. Ni me lo pensé, allí iba a
estar de nuevo, tumbado y respirando. Llegué temprano, 8 de la mañana, y como
ya habíamos hablado bastante los dos primeros días, el preámbulo fue corto. A
los pocos minutos ya estaba otra vez tumbado y respirando. Respiraba al
principio suavemente para pasar después a un ritmo más enérgico, hasta que
llegó un momento en que sentí como si todo el cuerpo me respirara. No sé cuanto
tiempo estuve así hasta que de pronto me invadió una gran tristeza y soledad a
la vez que comencé a llorar. Lloré y lloré, durante lo que para mi fue una
eternidad hasta que oí la voz de Mel que me decía “Eres inocente,…eres
inocente”, y poco a poco me fue invadiendo una sensación de calor, ingravidez, alegría,
paz y Amor, aunque al estado en el que me
encontraba no sabría darle nombre. Mis ojos permanecían cerrados, pero podía
ver un cielo estrellado y yo me sentía flotando en ese espacio. Empezó a sonar
el mantra “Om Namah Shivaya” muy bajito y así me quedé un rato, no se cuanto
tiempo pasó. Cuando por fin abrí los ojos, sequé mis lagrimas, que ya eran de
alegría y vi los ojos de Mel mirándome y sonriendo, para mi era como si viera
un ángel. Me dijo que me levantara y me acompañó al cuarto de baño para que me
mirara en el espejo. Aquello fue muy impactante, porque me costó reconocerme.
Mi cara, mis ojos habían estado escondidos durante años tras un muro de
culpabilidad, rencor y autodestrucción y
ahora estaban ahí relajados, pacíficos, diciéndome que todo estaba bien, que no
pasaba nada y que se había terminado el sufrimiento. Me despedí de Mel, salí a
la calle y aquello iba a más: tuve que mirar varias veces a unas macetas con
geranios y restregarme los ojos, porque veía una especie de aura alrededor de
las flores y las hojas, pero al cruzarme con la gente por la calle me ocurrió
lo mismo, veía como un aura alrededor de cada persona. Era como si hubiera
tomado LSD o algo parecido. Pero lo que había hecho era ¡RESPIRAR durante un
par de horas! Estaba por el centro de Sevilla, por la plaza de San Pedro y
sinceramente, al ver a las personas, cada una con su mundo, el tráfico en las
calles, las caras preocupadas, me daban ganas de gritar: ¡Todo está bien! ¡No
pasa nada! ¡La vida es maravillosa! Pero me contuve, me sentía uno con todo,
sonreía, porque mi sensación era que todo esto que veía y sentía lo había
tenido delante de mis narices todo el tiempo y no lo había visto. Era una gran
ironía, una gran broma y quería hacer partícipes a todos de aquello que yo
estaba viviendo. Quería decirles que sus preocupaciones, sus miedos no eran
reales, que eran un producto ilusorio. Cuando llegué a casa los primeros que
notaron mi cambio fueron mis hijos, que habían sobrellevado durante mucho
tiempo el estar con un padre depresivo, aunque no encontraba palabras para
explicarles lo que había experimentado. El primer sorprendido era yo. De pronto
me entró una gran curiosidad por saber que es lo que me había pasado, tanto es
así que comencé una búsqueda incansable para que mi yo racional encontrara una
respuesta a mi metamorfosis. Conocí el Curso de Milagros, devoré libros, asistí
a decenas de talleres de crecimiento, como los que híce con Leonar Orr y con la
que se conoce como co-fundadora del Rebirthing,
Sondra Ray y a los que pude mostrarles mi eterno agradecimiento por haberme
posibilitado conocer esta maravillosa técnica.
Ese
estado, que más tarde pude identificar como una experiencia mística o más
concretamente, una experiencia transformadora y estructurante de uno mismo, se
consigue mediante el Rebirthing, pero también con otras técnicas catárticas y
que se orientan hacia el desarrollo de la conciencia reflexiva (¿Quién soy
yo?), de la conciencia sobre el mundo (¿Porqué me relaciono así con los demás?)
y para favorecer el encuentro con nuestros limites existenciales (¿Qué sentido
tiene mi vida?). Es lo que el
antropólogo Josep María Ferigcla llama Experiencia
Activadora de Estructuras, que él abrevia con el acrónimo exaces. Durante el tiempo que duró la catársis tuve momentos de angustia, miedo, tristeza y dolor, todos ellos producto de la desestructuración de mi ego y su cadena de valores con sus apegos y ataduras. Es un tránsito que hay que afrontar y realizar para trascender un sistema que se ha ido organizando desde el momento mismo de nuestra concepción.
Para mi cambió todo, pero a la vez no cambió nada. Quiero decir que lo
que cambié fue el punto de vista desde el que a partir de entonces observé el
mundo, cambiaron mis creencias, o más bien, se me disolvieron las creencias
limitantes de culpabilidad, escasez y miedo y me acepté a mi mismo tal y como
soy, tomando conciencia de ello y a partir de ello, trabajando para despojarme
de toda la artificiosidad que la educación y las presiones sociales, familiares
y culturales han ido incrustando en mi esencia. El camino no es fácil, pero es
el único posible si mi deseo es sentir que vivo la Vida despierto y consciente,
lo demás es para mi vegetar y pasar por este planeta sin haber aprendido nada.
Esta claro que creamos lo que creemos.
Para terminar debo señalar que este estado me
duró un par de meses durante los cuales dormía tan solo unas tres o cuatro
horas diarias pero estaba todo el día
pletórico de energía y a diario iba tomando conciencia de mis reacciones automáticas, de mis mecanismos de defensa y de mis dependencias. Esto me permitió desvelar muchos filtros y creencias que distorsionaban cualquier visión objetiva que pudiera tener de mi.
Poco a poco fui tomando contacto con lo cotidiano pero sabiendo que tenía que redirigir mi vida, habia "renacido" y desde ese momento la manera de encauzarla era buscando mi esencia. La transformación que sufrí fue enorme, pero el peso de lo mundano con sus rutinas y costumbres adquiridas es aún mayor, por lo que si decidía afrontar la existencia desde un estado que se puede llamar "más atento, más consciente", tenía que estar alerta y adquirir una cierta disciplina diaria para volver al silencio interior. Aprendí a meditar y comencé a practicar yoga y poco a poco cambié por completo mis hábitos. Dejé cosas atrás y le di la bienvenida a muchas otras.
Se abrió ante mi un grandioso universo de herramientas de sanación, algunas de las cuales sigo usando hoy día y por supuesto, conociendo ya las posibilidades sanadoras del Rebirthing no dudé en hacer las diez sesiones pertinentes, ya con otro renacedor, y desde entonces lo practico en casa con regularidad. Y por supuesto lo aplico a muchos clientes o consultantes que así me lo solicitan o a los cuales considero que les puede resultar beneficioso.
Poco a poco fui tomando contacto con lo cotidiano pero sabiendo que tenía que redirigir mi vida, habia "renacido" y desde ese momento la manera de encauzarla era buscando mi esencia. La transformación que sufrí fue enorme, pero el peso de lo mundano con sus rutinas y costumbres adquiridas es aún mayor, por lo que si decidía afrontar la existencia desde un estado que se puede llamar "más atento, más consciente", tenía que estar alerta y adquirir una cierta disciplina diaria para volver al silencio interior. Aprendí a meditar y comencé a practicar yoga y poco a poco cambié por completo mis hábitos. Dejé cosas atrás y le di la bienvenida a muchas otras.
Se abrió ante mi un grandioso universo de herramientas de sanación, algunas de las cuales sigo usando hoy día y por supuesto, conociendo ya las posibilidades sanadoras del Rebirthing no dudé en hacer las diez sesiones pertinentes, ya con otro renacedor, y desde entonces lo practico en casa con regularidad. Y por supuesto lo aplico a muchos clientes o consultantes que así me lo solicitan o a los cuales considero que les puede resultar beneficioso.