miércoles, 8 de marzo de 2017

¿ESTAS SEGURO DE HABER SALIDO DE TU ZONA DE CONFORT?



Hoy día se habla mucho de la zona de confort, ese estado mental en el que la persona permanece pasiva y adopta una rutina sin riesgos ni altibajos, pero también sin ninguna "chispa" en la vida. Se recomienda salir de ella para experimentar lo que es vivir la vida con sus subidas, sus curvas, sus cambios de velocidad y sus chocázos inevitables. Y muchas y muchos de nosotros lo hacemos convencidos de que es la única forma de vivir de verdad, lo contrario, el inmovilismo en el confort es "vegetar".
Pero después de haber asistido a un montón de talleres, seminarios, formaciones y retiros relacionados de alguna manera con el crecimiento personal y el autoconocimiento me queda un cierto resquemor que me hace reflexionar sobre este asunto. Me pregunto: ¿Cabe la posibilidad de que estos encuentros, estos talleres, estos seminarios, sean otra excusa (enmascarada por supuesto), para no salir de esa manida zona de creyendo que se sale de ella y así contentar a esa parte nuestra que se inquieta sabiendo que cada vez le queda menos vida y no hace nada por transformarse, por mandar a la mierda a todos los miedos y dar el salto al abismo? Como veis, la cosa es un poco maniquea pero dejo la cuestión en el aire y que cada cual se responda a sí mismo/a. Te doy una pista: si sientes que la pregunta te incomoda o te das por aludido, es posible que el ego ya te haya jugado una mala pasada y hayas caído en la trampa de la evasión espiritual. No pasa nada, si de verdad quieres saltar es solo cuestión de estar alerta a esos engaños y ser perseverante. Y si lo que quieres es un poco de zamarreo emocional sin que la tierra se abra a tus pies, pues tampoco pasa nada, es tu elección.

martes, 3 de enero de 2017

ACOMPAÑAR, FACILITAR, AYUDAR...



            Estos últimos meses han supuesto para mí un periodo de grandes cambios, despedidas, pesadillas, toma de nuevas responsabilidades, afrontar frustraciones con enfado y ganancias con presunción, reflexión, rendición y maduración, hasta percibir que todo está bien cuando se fluye con la vida.
            La labor de ayuda y acompañamiento a los demás pasa porque el que la asume debe someterse a una travesía del desierto en soledad, encarando a los propios monstruos, a los miedos de cosecha propia, a las grandezas también, desfalleciendo y levantándose para volver a caer, para terminar reconociendo que lo que se aprende es a transitar sin más, que no hay perdedores ni ganadores y que lo mejor que puedes hacer en esta temida y deseada aventura de la Vida es vivirla despierto. Cuando vives así, despierto, los miedos surgen con fuerza y al poco se van diluyendo casi involuntariamente y surge una sensación de constante asombro por el mero hecho de estar vivo, te das cuenta del milagro y entonces quieres compartirlo, deseas contagiarlo. Los miedos pueden volver y asustar, pero al estar despierto ya sabes de qué están hechos y como acaban. Con esto de despertar no estoy hablando de iluminación, ni de nirvana, ni de nada parecido (¡nada más lejos!). Hablo de Vida, de sentirla, olerla, tocarla, quemarte con ella, respirar, estornudar, gritar, llorar, reír, saltar, odiar, mojarte, comer, follar, beber, amar. Al final se resume todo en Amar porque has trascendido el miedo. Y quedas en silencio, y sientes como el silencio te habla y tú lo entiendes. Aclaro que esto no es racional, aquí lo racional no llega.
            Así cuando estamos con otra persona la energía fluye en los dos sentidos y solo tenemos que procurar desatascar de miedos nuestros vasos comunicantes. Muchas veces con que solo lo haga uno de los dos ya vale, el resto lo hace el Amor.
            Acompañar, facilitar, ayudar se convierte así en una reacción natural de este proceso humano y personal.
           
OS DESEO UN 2017 DESPIERTOS

Carlos D Reinhardt.
Acompañante y facilitador

Antropología para la Salud