Hoy día se habla mucho de la zona de confort, ese estado
mental en el que la persona permanece pasiva y adopta una rutina sin riesgos ni
altibajos, pero también sin ninguna "chispa" en la vida. Se
recomienda salir de ella para experimentar lo que es vivir la vida con sus subidas, sus curvas, sus cambios de velocidad y sus chocázos inevitables. Y muchas y muchos de
nosotros lo hacemos convencidos de que es la única forma de vivir de verdad, lo
contrario, el inmovilismo en el confort es "vegetar".
Pero después de haber asistido a un montón de talleres,
seminarios, formaciones y retiros relacionados de alguna manera con el crecimiento
personal y el autoconocimiento me queda un cierto resquemor que me hace
reflexionar sobre este asunto. Me pregunto: ¿Cabe la posibilidad de
que estos encuentros, estos talleres, estos seminarios, sean otra excusa (enmascarada por supuesto), para no salir de esa manida zona de creyendo
que se sale de ella y así contentar a esa parte nuestra que se inquieta sabiendo que cada vez le queda menos vida y no hace nada por transformarse, por mandar a la mierda a todos los miedos y dar el salto al abismo? Como veis, la cosa es un poco maniquea pero dejo la cuestión
en el aire y que cada cual se responda a sí mismo/a. Te doy una pista: si sientes que la pregunta
te incomoda o te das por aludido, es posible que el ego ya te haya jugado una
mala pasada y hayas caído en la trampa de la evasión espiritual. No pasa nada, si de verdad
quieres saltar es solo cuestión de estar alerta a esos engaños y ser
perseverante. Y si lo que quieres es un poco de zamarreo emocional sin que la tierra se abra a tus pies, pues tampoco pasa nada, es tu elección.